En nuestras casas estamos rodeados de gran cantidad de artículos fabricados con materiales que arden con gran facilidad y, lo que es peor, que generan gran cantidad de gases tóxicos durante un incendio. Muebles, maderas, plásticos, papeles, materiales textiles, pinturas, y un sinfín de otros productos arden produciendo gases tóxicos, como monóxido de carbono, dióxido de carbono, cianuro de hidrógeno, cloro, óxidos de nitrógeno, fosgeno, aldehídos, etc. Estos gases provocan en las personas, en pocos minutos, desvanecimientos y daños que van desde lesiones en las vías respiratorias hasta intoxicaciones graves que pueden acarrear la muerte. La mayoría de esos gases contienen, además, partículas en suspensión (el humo) que se adhieren en los alveolos pulmonares y sustancias cancerígenas.
Podemos hacer muchas cosas para prevenir los incendios, sobre todo controlando los puntos de ignición que los ocasionan: electricidad, calefactores, cigarrillos, velas... Si no has leído el artículo de prevención échale un vistazo. Y en segundo lugar debemos protegernos con detectores y con sistemas de extinción.
Observa en el siguiente vídeo como se inicia y desarrolla un incendio:
Generalmente, no se producen muchas llamas al principio, pero sí, desgraciadamente, una gran cantidad de humo, que en la mayoría de los casos invade totalmente una vivienda en 3 o 4 minutos, que es el tiempo que tenemos para actuar o escapar, antes de que no podamos ver nada y empecemos a sufrir síntomas de asfixia.
Cada año, se producen en España una media de 18.000 incendios en vivienda (el 50% por la noche), con una cifra de víctimas hospitalizadas superior a las 1600 (quemados, intoxicados, heridos, etc), resultando 125 fallecidos en 2019 y 119 en 2020 según las últimas estadísticas. La mayoría de incendios ocurren por la noche, en el salón de la casa y los fallecidos mueren por asfixia. Con estos datos podemos ver la importancia de la colocación de los detectores de incendio que nos avisarán rápidamente y nos despertarán por la noche pudiendo así ponernos a salvo. Tienes todas las estadísticas aquí.
Por todo ello, es necesario que en nuestro hogar dispongamos de equipos que nos avisen de que se está produciendo un incendio y de medios de extinción para poder apagarlo (al menos un extintor y una manta ignífuga).
Los detectores de incendio nos van a alertar, con una señal acústica potente, de que en algún sitio de nuestra vivienda hay un fuego. Según el modelo, va a detectar la presencia de humo, el aumento de temperatura o la presencia de llama. La instalación puede hacerse con cableado o con detectores individuales a batería.
Lo ideal y recomendable para una vivienda sería tener un detector de humo en cada una de las estancias; y en lugares como la cocina y el garaje instalar detectores de temperatura que se activan al alcanzar 50ºC.
Pero observando las estadísticas, se puede lograr un grado de protección razonable si instalamos detectores de humo en el salón y en el pasillo que distribuye a los dormitorios y un detector de temperatura en la cocina.
Su mantenimiento es muy sencillo. Debes probar que funcionan, al menos cada seis meses, pulsando el botón de test. En Reino Unido recomiendan hacerlo en los cambios de hora, cuando adelantamos y retrasamos el reloj. Y si son de batería tendrás que cambiarla cuando te avise de carga baja. Suelen durar 2 o 3 años.
Solamente un 10% de hogares en España tiene detectores instalados siendo este dato en Alemania, Francia y Reino Unido hasta el 90%. Anímate a instalarlos, por menos de 100€ puedes tener tu casas protegida.
Te dejo dos folletos informativos sobre la importancia de los detectores de incendios:
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